domingo, 29 de julio de 2012

Respirando locura en el infierno...


Sin nada que hacer, sin nada que vivir,
Estoy vagando por este desierto de agua.
Me encuentro poseído en este espectro,
Que me tortura y dice que todo es un sueño; pero es la realidad.

Voces malditas vienen a mí,
Y me dan órdenes de matar a quien me ama,
De despojarme de esta vida
Y ser quien alumbre más que un farol en medio del mar.

Ya no encuentro razón a lo que digo,
No estoy enfermo; lo se.
Pero, las voces aparecen una y otra vez
Y me reiteran y atormentan que debo matar.

Ya nada puedo hacer,
 El rocío que cae en sabor de la vida se torna maldecido.
¡Por que me toca todo esto!
¡Porque no puedo ser feliz sin que estas voces me atormenten!.

Ya soy prisionero de las voces que vuelan sobre mi cabeza,
Voy en pos de cumplir la orden que me dan.
Ya nada puedo hacer,
Tal vez matando a mi amada, pueda yo volver a nacer.

Ya tengo el puñal junto a su pecho,
Empapado en la savia que brota de su corteza.
Le he dado fin a lo que tanto me atormentaba,
Pero… no, no puede ser… ¡Todavía siguen maldiciéndome!

El mar de tinieblas ruge más fuerte que el cantar de sirenas.
Si, estoy loco, poseído por esta maldición.
Quiero escapar, ser feliz, sonreír, pero estas voces me siguen dando órdenes
Y grito desesperadamente que me lleven a los Infiernos que Dante nos presentó.

¡Muerte!, solo la muerte me puede librar de este mal,
Ya no me podrás atormentar más con tus órdenes,
Ahora podré descansar de toda esta locura,
Sumergido en un sueño profundo rodeado de la brisa del Aqueronte.

Ya a las puertas del Infierno estoy,
Está todo en calma y sin nada que me atormente.
¡Por fin podré descansar de este mal inminente!
Que día tras día, solo hacían perturbar mi mente.

De pronto una estrella con forma de cruz cae sobre mi esperanza negra,
Una esencia que día a día estuvo conmigo.
Es mi ángel, mi alma, que se acerca alumbrando un bosque de sangre,
Me hace perder el equilibrio y de pronto comienza a susurrarme:

“¡Por que no me escuchaste todas las veces que te advertí!
Y muerto estas por culpa de la maldición que tú provocaste.
Ahora las voces volverán a ti
Y nunca podrás ser feliz…”

Ahora vagaré sin rumbo por este cielo de flores pedregosas,
Atormentado por miles de voces que no me dejaran en paz.
Pude haber evitado todo esto, pude ser feliz,
Pero ahora sufriré lo que en vida quise como un deseo de juego elocuente.

Enfermedad que apareció al llamarla muchas veces,
Condición mortal que dominaba mi mente.
Ya no queda nada con recordar lo que pudo ser evitado,
Si malditamente, me encuentro encerrado en este caos de muerte...





H.R.C.

sábado, 21 de julio de 2012

Lucy...

En el mar corriendo sin rumbo está Lucy
Lleva una carga que nadie se explica...

Forzada toda una vida a no sonreír
Inicia su camino a un mundo sin fin
Nadie puede detenerla, ni menos impedir lo que pasará
A lo mejor ¿estará enferma? ¿Ocurrió algo inesperado?
La verdad, solo Lucy lo sabe y no lo dirá jamás...

Desolada corre por el mar de tinieblas y recuerdos
Emprendiendo un viaje del cual no podrá escapar...

Susurrantes voces les dicen al oído todo lo que hizo,
Un cuervo la besa y le deja un ramo de flores negras bajo sus pies de arena...

Vidas pasadas aparecen y le cantan y danzan en un oráculo infinito,
Iniciándola a la vida que todavía no quiere; pero de la que no puede escapar,
Derramando el amargo vino de su vida; condenándole a sufrir infinitamente,
Arrastrándola hasta hacerla confesar su secreto de forma inminente...

El cielo llora lágrimas de plata empapadas de la luz de luciérnagas negras,
Solamente queda el silencio al saber el secreto del sufrimiento de Lucy
Todo acaba en un beso fugaz; Lucy... ¡ya no está entre los mortales!.
Atada a una mesa de agua, Lucy muere dejándonos el mensaje de su gran secreto...

Correrán las mañanas rápidamente al asombrarse de la vida de Lucy
Entonando canciones para su partida sin aviso y presionada por lo que sabía...
Raudamente, la vida y el secreto esta a la vista publica de todos...¿Lo ven?. Pues,
Cuando terminen de leer esto se darán cuenta del secreto de Lucy
Amén.



                                                           

H.R.C.



jueves, 12 de julio de 2012

Obsesión...


Tan frágil como un cristal; pero dura como una piedra,
Sopla el viento distante,
Sopla con la reticencia que siento al verte
Donde me ciegas y haces que te piense un instante.

Todo me parece tan falso;
Todo lo que me susurras y me dices constante.
Ya no saco nada con decirte que esto murió,
Si tu interior dice todavía que hay un poco de razón.

Las aves de la noche cantan sobre tu cabeza,
Diciéndote que el amor murió.
El viento de suspiros está dejando de brotar;
Pero tus palabras, viven en un mundo irreal.

La monotonía se apodera de mi.
Al verte ya no siento lo de antes.
Ya el viento dejó de soplar;
Pero, esta obsesión no te deja avanzar...






H.R.C.