Al mirarnos fijamente siento escalofríos,
Presintiendo a cada minuto
Como mi alma se ve prisionera
De un bosque donde las luciérnagas no alumbran.
Estamos rodeados en un cosmos turbulento,
Donde ninguno, puede escapar
Donde la vida ya no es la misma
Y las alas ya no tienen la fuerza para volar.
Ya no hay vuelta,
El sollozo de una rosa ya se ha vuelto inconsolable,
La tormenta que hay en mi alma la está cegando,
De ver como es la vida y la hace enloquecer más de lo normal.
Encadenada estoy,
Tu prisión hace que enloquezca,
Que pierda el deseo de salir
Y que tus marcas, no desaparezcan nunca de mi cuerpo.
Tus nubes de esperanzas desaparecen,
Así como a un niño cuando su helado cae al suelo.
Así tengo mis alas rotas,
De tanta agonía que me provocas.
Ahora espero el momento,
El momento donde las alas nuevamente puedan volar
Donde los pétalos de la flor no se marchiten
Y el espectro de tu recuerdo me deje de atormentar.
H.R.C.
